UN HUMORISTA LASALIANO
EN LA CORTE DEL REY
ABDALA II
Su rostro refleja simpatía, paz y amistad nada más mirarle. Su estatura es pequeña, pero el tamaño de su corazón es inmensurable. Le conocí en Amman durante un encuentro de más de setenta miembros de la Fraternidad Signum Fidei, la mayoría de ellos profesores. Los participantes provenían de Jordania, Palestina, Líbano y Egipto.
Estoy hablando del Señor Musa J. Hajinz, miembro de la Fraternidad Signum Fidei de Amman.
Hay algo de esta persona que me llegó al alma mientras escuchaba la narración de su experiencia de servicio educativo a los pobres: Alguien que ha hecho a tanta gente feliz, que seguro ha provocado hasta lágrimas de risa, no pudo aguantar sus propias lágrimas cuando nos habló de su trabajo cuidando a niños ciegos. Me atreví a pedirle unos datos de su vida. Esto es lo que ofrezco, el testimonio de una vida que ha sido y sigue siendo un regalo para los demás
Hno. Alberto Gómez Barruso
¿Su nombre?
– Me llamo Musa J. Hihazin.
¿Algún dato sobre su vida?
– Nací en la ciudad de Smakieh, en sur de Jordania, el 2 de febrero de 1955. Los habitantes de Smakieh son todos cristianos, pero mantienen unas excelentes relaciones con sus conciudadanos musulmanes de las poblaciones cercanas.
¿Tiene usted familia?
– Sí, estoy casado, tengo una hija, Hazar, y dos hijos: Khalil y Khaldaun.
¿Puede decirnos unas palabras sobre su vida profesional?
– La resumiría diciendo que me eduqué en Egipto, donde saqué la licenciatura en música. Después me hice actor, humorista. Hasta este momento he participado en más de quinientos programas de televisión y en ocho obras de teatro como actor principal.
Se dice que usted es uno de los principales humoristas de Jordania.
Algo de verdad habrá cuando el Rey de Jordania le ha concedido una de las mayores distinciones que se puedan dar en su país.
– Las autoridades del país me han concedido bastantes premios, pero me siento especialmente honrado por el último de todos.
¿Cuál ha sido?
– Su magestad, el rey Adullah II, rey de Jordania, me ha condecorado con el “Award of Independence”. Es un premio a nivel nacional, en reconocimiento y estima por mi trabajo en el campo cultural y artístico durante tantos años.
Enhorabuena en nombre de todos los Lasalianos del mundo. Estamos seguros de que ha sido un premio muy merecido a su vida de entrega haciendo felices a los demás.
En el encuentro que hemos celebrado en Amman nos ha presentado el proyecto “House of Hope” (Bayt al Raja). ¿Podría describírnoslo, para que otros lasalianos lo puedan conocer y, ¿quién sabe?, a lo mejor algunos puedan incluso enviarle alguna ayuda.
– Yo me considero un buen creyente en Jesucristo, el Señor y Maestro. Me esfuerzo cada día en vivir mi fe dentro de mi familia, en mi trabajo y en la sociedad. Cuando realicé mis estudios de música en el Cairo, conocí la “Casa de la Esperanza” y soñé en construir un día un centro parecido en Jordania. Pensé que, con
la colaboración de mis hermanos y hermanas de la Fraternidad Signum Fidei y junto con ellos, podríamos conseguir este sueño. Nos sentimos muy apoyados por el H. Emile, que fue director del Colegio La Salle de Amman.
¿Y cómo va ese sueño? ¿Es realizable?
– Un día la televisión jordana me hizo una entrevista y hablé de un coro de niños ciegos que habíamos formado. Yo soy el supervisor y director de este coro. Se llama “Sho3a3” (Shines). El coro lo componen 30 niños ciegos que cantan como los ángeles con sus voces inocentes. Providencialmente, Su Majestad, el Rey de
Jordania estaba viendo el programa y, cuando supo de nuestra iniciativa humanitaria, se sintió emocionalmente conmovido y nos hizo una donación de 10.000 metros cuadrados y una suma importante de dinero en dólares para construir una escuela moderna para estudiantes ciegos. Me dijeron que yo era la causa de esta donación del Rey. Siempre he considerado aquel programa de
televisión como una Providencia Divina. Nuestro proyecto va adelante, pero son más las necesidades que los medios que tenemos.
¿Cómo se vive todo esto desde la Fraternidad Signum Fidei?
– Ser Signum Fidei significa mucho para mí. Lo veo como una forma de vivir el Evangelio en nuestro mundo de hoy. Hay que hacer como dice el apóstol Santiago en su carta, “Muéstrame tu fe en tus obras”. Una de las claves para vivir nuestra fe es servir a Dios sirviendo a sus hijos e hijas, especialmente los pobres y los enfermos. Un Signum Fidei es como un puente de solidaridad que une las personas que tienen necesidad con otras que pueden ayudarles, haciendo incluso grandes sacrificios.
¿Se siente feliz por lo que están logrando con este proyecto de “La Casa de la Esperanza”?
La felicidad para mí, y teniendo en cuenta el Evangelio, viene de entregarse y darse a los demás. Creo firmemente que cuando doy un vaso de agua a un niño sediento, se lo estoy dando al mismo Dios. Ser Signum Fidei me ayuda a dar ese vaso de agua.
Gracias Señor Musa J. Hihazin por este testimonio de vida. Que Dios le bendiga a usted, a su familia y a cuantos saben ofrecer la luz de su generosidad y de su cariño a esos niños ciegos. Antoine de Saint Exupery decía en “El Principito” que “lo esencial sólo se puede ver con los ojos del corazón”. Estoy seguro de que, con su entrega, esos niños pueden ver y palpar todo el amor que usted y los demás Signum Fidei les regalan cada día. Gracias por estas palabras para todos los Signum Fidei y toda la Familia Lasaliana del mundo