CAPÍTULO 6.-
LA VIDA DE FE
- El Espíritu Santo es la fuente de la Fe que anima al Signum Fidei a vivir el amor a Dios y al prójimo19 con total entrega y generosidad.
- El Evangelio es para el Signum Fidei la primera regla de vida y el mejor medio de discernimiento personal para vivir en el espíritu de las Bienaventuranzas y ser sal de la tierra y luz del mundo. Personalmente, en familia o con la comunidad dedica tiempo a la lectura orante de la Palabra de Dios. El uso de algunos puntos del Método de Oración de La Salle o la Lectio Divina pueden ser formas adecuadas.
- Los Signum Fidei aman la oración y hacen de ella el primero y principal ejercicio de cada día.21 Como los discípulos de Jesús no se cansan en repetir “Señor, enséñanos a orar”.22 El recuerdo frecuente de la Presencia de Dios que brota de su corazón, ilumina toda la actividad que lleva a cabo en su vida diaria. Quienes se ven imposibilitados de realizar cualquier actividad por la edad, la salud u otros impedimentos hacen de sus sufrimientos y del apostolado de la oración su mejor ofrenda a Dios.
- Jesús es para los Signum Fidei el Camino, la Verdad y la Vida y le siguen como discípulos a su Maestro.23 En Jesús ven revelado el rostro paterno/materno de un Dios encarnado que ama apasionadamente la humanidad40. Jesús es para los Signum Fidei el Camino, la Verdad y la Vida y le siguen como discípulos a su Maestro.23 En Jesús ven revelado el rostro paterno/materno de un Dios encarnado que ama apasionadamente la humanidad
- La Eucaristía es para los Signum Fidei fuente y culmen de su vida cristiana 24 y la celebran cada día si les es posible. En fechas de especial significado, ven la forma de celebrarla como comunidad o con la comunidad de Hermanos. En la adoración eucarística renuevan la comunión con Jesús sacramentado.
- María, mujer creyente, es modelo de escucha de discipulado y de aceptación de la voluntad de Dios. Los Signum Fidei inspiran su entrega a Dios en el “Sí” total de María. Con ella se abren al Espíritu y proclaman la grandeza de Dios en sus obras. Como Lasalianos acuden a ella bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Estrella y con la invocación: Reina y Madre de las Escuelas Cristianas.
- San Juan Bautista de La Salle, Patrono universal de los educadores, es considerado como nuestro Fundador. De él aprendemos a vivir una vida unificada, sin hacer diferencia entre los momentos dedicados a nuestra vida espiritual y a nuestro quehacer diario.25 El ejemplo de su vida y sus escritos nos muestran una manera de ser fieles a Dios hasta poder decir como él: “Adoro en todo la voluntad de Dios para conmigo”.
- El Signum Fidei examina frecuentemente sus acciones, reconoce sus limitaciones con humildad y busca la reconciliación con sus hermanos y con Dios a través de la corrección fraterna y del sacramento del Perdón.
- El Signum Fidei fortalece su vida cristiana mediante un acompañamiento humano y espiritual adecuado, así como con la oración, la vivencia sacramental, los encuentros comunitarios y la participación, al menos una vez al año, en recolecciones y retiros.
- La invitación “Acordémonos que estamos en la presencia de Dios – Adorémosle” y la invocación “¡Viva Jesús en nuestros corazones! – ¡Por siempre!”, constituyen nuestro saludo comunitario y nuestra forma de iniciar y terminar, respectivamente, nuestra oración y encuentros. Con el fin de fortalecer la comunión espiritual entre todos los miembros de la Fraternidad cada día se reza la oración común de los Signum Fidei.
- Los Signum Fidei conocen y celebran la memoria de los santos y Mártires Lasalianos, confían en su intercesión y se sienten estimulados por su ejemplo. Hacen memoria de sus familiares y de los miembros de la Familia Lasaliana fallecidos, agradeciendo a Dios por su vida y orando por su eterno descanso.
- Situados hoy sobre la base común del carisma Lasaliano junto a muchos creyentes y no creyentes, los Signum Fidei descubren aspectos nuevos de su identidad cristiana y favorecen el diálogo ecuménico e interreligioso con el fin de construir una fraternidad universal.