PRESENTACIÓN DE LA NUEVA EDICIÓN
Estimados Signum Fidei
Con mucho gusto acepto la invitación de introducir el nuevo texto del Estilo de Vida aprobado por unanimidad por la Segunda Asamblea Internacional, celebrada en este año 2013. Esta nueva redacción tiene lugar casi cuarenta años después de la primera. Durante este tiempo la fraternidad Signum Fidei se ha constituido en un referente fundamental de la historia de asociación de los Seglares a la misión Lasaliana.
La Fraternidad Signum Fidei ha sido pionera y protagonista en redescubrir la fuerza del “Juntos y por Asociación” de la primera formula de consagración de San Juan Bautista de la Salle y los primeros Maestros-Hermanos. Con su decisión de asociarse mediante una consagración para la misión Lasaliana, ustedes testimonian que los Seglares Lasalianos son hoy también “corazón, memoria y garantía” del carisma y de la misión de La Salle.
Juntos tenemos que seguir construyendo esta “casa común” que es la Familia Lasaliana porque todos somos llamados por Dios a mantener vivo el sueño de San Juan Bautista de La Salle. Él sigue inspirando nuestras vidas e invitándonos a ofrecer la mejor educación humana y cristiana posible a la juventud de nuestro mundo. Somos herederos de una gran historia de salvación y otros podrán vivirla gracias a lo que hoy sembremos nosotros. Nuestro testimonio de fe, celo y fraternidad será el ejemplo más valioso que podemos ofrecer para que otros Lasalianos que deseen comprometerse den un paso adelante.
El Papa Francisco nos ha invitado a no tener miedo a la bondad y a la ternura, a tocar la carne de Cristo en los pobres, a no vivir encerrados en una espiritualidad individualista sino a salir a las periferias existenciales de la vida, a creer en un Dios misericordioso que siempre nos perdona. Creo que todos podemos percibir ecos lasallistas en estas invitaciones.
Les invito particularmente a conocer, vivir, orar y celebrar este nuevo texto del Estilo de Vida, nacido de un largo discernimiento de años y de la reflexión de muchos Lasalianos de diferentes razas, lenguas y culturas. Que sea para cada uno de ustedes un camino de Evangelio y una Regla de Vida que les ayude a ser, como expresaba el lema de la II Asamblea, Signos de Fe, forjadores de fraternidad y embajadores del amor de Dios para los hombres y mujeres de nuestro mundo y, particularmente, para los más necesitados.
Viva Jesús en nuestros corazones.
H. Álvaro Rodríguez Echeverría