PONENCIA: EL CARISMA Y LA ORIGINALIDAD DE LA FRATERNIDAD SIGNUM FIDEI.

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EL CARISMA Y LA ORIGINALIDAD DE LA FRATERNIDAD SIGNUM FIDEI.

Madrid 23 de octubre 2004.
Norbert Niubó f.s.f.

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Apreciados Hermanos de la Salle y miembros de Signum Fidei.

Cuando recibí la carta del Hno. Víctor Franco fechada el 9 de noviembre del 2001, estaba lejos de pensar que asistiría a esa Asamblea Continental y que en ella tendría la oportunidad de dirigirles la palabra.

El último Capítulo General propuso organizar un encuentro internacional de Hermanos, Colaboradores y Asociados, alrededor del año 2004. Debido a circunstancias especiales el Hno. Superior y el Consejo han decidido que esa Asamblea se celebre en octubre de 2006.

En la carta antes citada, el Hno. Víctor Franco proponía, muy acertadamente « que Signum Fidei lleve a cabo su propia Asamblea Internacional, con el fin de preparar el Encuentro arriba mencionado ».

A continuación el Hno. Asesor nos proponía tres fases :

1.- 2003 – Asambleas Nacionales o a nivel de Distritos.
2.- 2004 – Asambleas Continentales o Regionales.
3.- 2005 – Asamblea General de Signum Fidei en Roma.

Todas estas proposiciones fueron aceptadas mayoritaria y democráticamente por los Signum Fidei del mundo entero, a través de la Encuesta realizada al efecto, aquel mismo mes de noviembre 2001.

He aquí el por qué nos encontramos ahora reunidos. Estamos realizando sencillamente la segunda fase, preliminar al Encuentro de Roma previsto del 19 de marzo al 2 de abril de 2006. Luego, en octubre 2006, se realizará el Encuentro Internacional de Hermanos, Colaboradores y Asociados que pide la Propuesta N° 3 del Capítulo General.

Dicho lo que precede, entremos en materia.


PRECISION LINGÜISTICA : COMUNICACION e INFORMACION

En mis cursos en la Escuela Militar de París y en la Sorbona, exigía siempre a mis estudiantes mucha precisión en el lenguaje, para facilitar la comprensión de mis clases y evitar interpretaciones erróneas. Entre otros aspectos, les hacía notar la diferencia que personalmente hacía entre COMUNICACION e INFORMACION. Con frecuencia esos dos conceptos se consideran como sinónimos, generando con ello una falta de pertinencia en el discurso.

Si consultamos un buen diccionario encontramos, por lo menos, una docena de definiciones diferentes de la palabra COMUNICACION, y otro tanto se podría decir de la INFORMACION. Cuando en mis cursos pronunciaba esas palabras no sabía exactamente cuál era el sentido que cada uno de mis estudiantes les daba. A fin de salir de esa ambigüedad, sobre todo en mis clases de Management, les decía : Siempre que pronuncie la palabra COMUNICACION, tómenla en el sentido de que el que envía mensajes se encuentra en presencia del destinatario, o sea, yo hablo y la persona con quien hablo se encuentra físicamente delante mío. Una conversación, una reunión, una entrevista o una conferencia son situaciones de COMUNICACION. En cambio, cuando pronuncie la palabra INFORMACION, tómenla en el sentido de que los mensajes se envían a un destinatario que no se encuentra físicamente presente delante mío. Una carta, un e-mail, una circular o una notificación escrita, pertenecen al dominio de la INFORMACION.

La COMUNICACION, así definida, permite la interacción inmediata, el intercambio instantáneo y el ajuste de opiniones a medida que los interlocutores se expresan. Es una situación implicante y convivial. El hombre, considerado como ser social, no puede vivir sin comunicación ni contacto con sus semejantes.

Con la INFORMACION podemos obtener también reacciones, pero diferidas. El acuerdo de opiniones será probablemente más lento y laborioso.

Como pueden ver nos encontramos actualmente en una situación de COMUNICACION. Personalmente les hablo y Vdes. están físicamente presentes delante mío. Esta Asamblea, por ser una situación de COMUNICACION, nos permitirá realizar más fácilmente los Objetivos de la misma, a saber :

– Preparar la Asamblea Internacional (2006) y establecer los criterios de participación.

– Compartir las experiencias que vive cada Signum Fidei, personal y comunitariamente, desde la perspectiva lasaliana, religiosa y cultural.

– Reflexionar sobre el compromiso con la Mision Educativa Lasaliana de los Signum Fidei.

– Estudiar la forma de actualizar el documento « Estilo de vida », desde la perspectiva de los seglares.

– Orientar las conclusiones de esta Asamblea Continental hacia la vivencia del « Estilo de vida » de los Signum Fidei.

Las situaciones de COMUNICACION, en general, son más ricas y más eficaces. Necesitamos la INFORMACION pero no podemos prescindir de la COMUNICACION. El Hno. Víctor nos manda regularmente sus boletines, pero hoy está con nosotros. De la INFORMACION ha pasado a la COMUNICACION y nos encontramos todos mucho más satisfechos.

Aprovechando pues de la situación de comunicación que estamos viviendo, quisiera abordar con Vdes. dos aspectos que hoy juzgo muy importantes para la Fraternidad Signum Fidei. El primero es el Carisma, y el segundo la Originalidad de la Fraternidad Signum Fidei.

Empecemos por el primer tema : EL CARISMA


La palabra CARISMA viene de la palabra griega « xaris », gracia, don gratuito. El carisma es un don gratuito de Dios a través del cual se manifiesta la presencia del Espíritu Santo en el que lo recibe. Si los frutos del Espíritu Santo, como el apóstol San Pablo los enumera en su epístola a los Gálatas (5, 22) , tienen por objeto la santificación personal del que los recibe, la finalidad de los carismas es ante todo la construcción de la comunidad cristiana, Cuerpo de Cristo. Como dice San Pablo : « A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad » (1 Cor 12,7) y « Que todo sea para edificación de todos » (1 Cor 14,26).

Los carismas son una manifestación sensible de la acción de Dios en el hombre, la fuerza del Espíritu. Esos carismas no se adquieren una vez por todas, definitivamente. Son como semillas que si caen en buena tierra dan frutos excelentes. El Espíritu Santo es creador y no cesa de ofrecer a los cristianos una multitud de carismas, en función de las necesidades propias a cada comunidad cristiana: « Todas estas cosas las obra el único y mismo Espíritu, que distribuye a cada uno según quiere » (1Cor 12,11). Toda la Iglesia es carismática : el día de Pentecostés, recibió el don del Espíritu, y a lo largo de su historia ella ha manifestado la gran diversidad de los carismas del Espíritu Santo.

San Juan Bautista de la Salle recibió el carisma de trabajar con un grupo de cristianos, juntos y por asociación, en la educación cristiana de los hijos de los artesanos y de los pobres. Ese carisma, ese don, esa semilla, cayó en buena tierra y fructificó el ciento por uno. La fidelidad del Santo Fundador ha hecho que ese carisma sea un hecho siempre actual y permanente. Manantial contínuamente renovado de vida divina en la Iglesia y en el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Es como un sol que calienta, ilumina, da vida y vigor, alrededor del cual giran el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, primero y principal depositario, el Instituto de las Hermanas Guadalupanas de La Salle, el Instituto de las Hermanas de La Salle de Vietnam y el Instituto secular de los Catequistas de Jesús Crucificado y María Inmaculada. Cuatro planetas autónomos que se nutren del Carisma y de la Espiritualidad de San Juan Bautista de La Salle.

Otra emanación de este carisma da vida y vigor a la Fraternidad Signum Fidei, que todavía no ha alcanzado la autonomía de los cuatro planetas precedentes.

Quisiera ahora lanzar a la Asamblea esta pregunta : ¿La vocación de nuestra Fraternidad, a largo plazo, es la de llegar a esa autonomía y ser el quinto planeta en órbita alrededor del carisma siempre actual de San Juan Bautista de La Salle, o debemos seguir gravitando indefinidamente en torno de los Distritos y del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas ?

Invito a la Asamblea a reflexionar, discutir y a pronunciarse sobre esta pregunta que me hago.


ORIGINALIDAD DE LA FRATERNIDAD SIGNUM FIDEI

El 43° Capítulo General se ha preocupado, no sólo, del futuro del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, sino, sobre todo, del INSTITUTO DEL FUTURO, tratando de acoger y autentificar las diferentes manifestaciones del Carisma del Santo Fundador que el Espíritu Santo concedió a la Iglesia, y que hoy desborda los límites jurídicos del Instituto de los Hermanos y alcanza « a otros creyentes que viven otras formas de vida cristiana ». (Hno. Antonio Botana)

El eje central del Capítulo fue « Asociados para el servicio educativo de los pobres como respuesta lasaliana a los desafíos del siglo XXI ». Las decisiones tomadas para impulsar el desarrollo de la Asociación lasaliana para el servicio educativo de los pobres, han sido enérgicas y bien precisas. Estas decisiones han desencadenado en todo el Instituto una gran dinámica de creación, formación y animación de grupos de Colaboradores y Asociados. En todas las Regiones, Distritos, Subdistritos y Delegaciones se están haciendo serios esfuerzos de formación de Hermanos, Colaboradores y Asociados en vistas al acompañamiento y a la animación de ese movimiento asociativo.

Ante toda esa energía desplegada ¿dónde se sitúa la Fraternidad Signum Fidei ?

Según el último Capítulo, dentro de la gran Familia lasaliana, de la que habló el 41° Capítulo General (1986), podemos distinguir, en una especie de gradación ascendente, los Colaboradores, los Asociados y los dos grupos intencionales lasalianos. El primero de esos dos grupos intencionales está formado por los « que tienen su autonomía y reconocimiento propio independientemente del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas : los Institutos de las Hermanas Guadalupanas de La Salle, de las Hermanas de La Salle de Vietnam, de los Catequistas de Jesús Crucificado y María Inmaculada » (Circular 447, p.6) ; en el segundo grupo tenemos los « que están en relación orgánica con el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas : Signum Fidei, Orden Tercera Lasaliana » (idem).

En este segundo grupo nos hemos quedado solos, ya que la Orden Tercera Lasaliana ha dejado de existir.

En la página 7 de la misma Circular 447, el Capítulo nos dice : « Así pues, son reconocidos como asociados en la misión lasaliana todos los grupos intencionales y todas las personas que expresan su respuesta a una vocación interior por un compromiso educativo que tiene características lasalianas y que ha sido autentificada por la autoridad competente ».

El Capítulo reconoce pues, que los miembros de la Fraternidad Signum Fidei son Asociados, de hecho, al Instituto.

Después de esta afirmación, en toda la Circular 447 de las Actas del 43° Capítulo General no se vuelve a mencionar, ni una sola vez, a la Fraternidad Signum Fidei. Hemos quedado como sumergidos en el ectoplasma de la Asociación, que reviste multitud de formas diferentes, sin que ninguna de ellas pueda equipararse a la forma original de Signum Fidei.

En dicha Circular 447 se mencionan abundantemente a los Colaboradores y a los Asociados. Incluso en la Propuesta N° 3 (página 8), se pide la organización « de un encuentro internacional de Hermanos, Colaboradores y Asociados alrededor del año 2004 ». No hay ninguna mención de Signum Fidei en ese enunciado. Hemos simplemente desaparecido del mapa.

La intención del Capítulo no era, con toda seguridad, la de eliminar la Fraternidad, pero el hecho de no mencionarla más, explicitamente, en las Actas del Capítulo, a mi parecer fue un error sicológico involuntario.

En una información o comunicación es muy importante la intencionalidad del que envía el mensaje, pero no tenemos que olvidar nunca que es mucho más importante el cómo lo recibe el destinatario. Si, por ejemplo, en una reunión expreso mi opinión sobre la oportunidad de tomar tal o cual decisión para mejorar la calidad de la educación de los jóvenes que frecuentan la institución ; a pesar de mi sinceridad e incluso de la pertinencia de la proposición, si los que la escuchan, o reciben, la interpretan, aun sin razón objetiva, como un intento de afirmar una ambiciosa valoración personal, esa opinión será rechazada, por buena que sea. El peso de la subjetividad de los destinatarios tendrá más fuerza, que el valor de la proposición y que la buena intención del opinante.

La subjetividad está empapada de emotividad, la cual, con frecuencia, está reñida con la racionalidad. En toda comunicación o información solamente podremos dominar nuestra intencionalidad. La subjetividad de los destinatarios se nos escapará. Sólo los hechos, la actuación repetida y coherente de la persona, serán capaces de modificar la subjetividad de los receptores. La subjetividad es una fortaleza personal que sólo puede tomarse desde el interior. No hay ninguna llave capaz de abrirla del exterior. Pero no olvidemos que más pesan los hechos que las palabras.

No nos extrañe pues, el que algunos miembros de la Fraternidad hayan tenido la impresión de un cierto abandono por parte de los Hermanos y que lo hayan vivido como un destete un poco brusco.

Pero frente a esa realidad subjetiva, que quizá hemos podido constatar, está la decisión tomada por el Hno. Superior General y el Hno. Víctor Franco de convocar una Asamblea Internacional de la Fraternidad Signum Fidei en Roma, no prevista por el Capítulo. Confío en que esta decisión objetiva sea percibida como la firme voluntad, por parte de los Superiores, de seguir alimentando la lámpara de Signum Fidei y de colocarla « sobre el candelero para que los que entren vean ». (Luc 8,16) Los hechos deben pesar más que los silencios.

Ante esta situación me vienen ganas de poner una pica en Flandes.

De acuerdo : todos los Signum Fidei somos Asociados. Pero no todos los Asociados pertenecen a la Fraternidad Signum Fidei.

Sin quererlo, el Capítulo General ha creado una confusión de la que sería bueno salir, una vez por todas, cortando por lo sano el sentimiento que algunos tienen de que se quiere sacrificar la Fraternidad en el ara de la Asociación.

Signum Fidei y Asociación no son sinónimos. Y con el fin de evitar ambigüedades voy a intentar mostrar ciertas diferencias, a fin de que quede bien patente la ORIGINALIDAD de la Fraternidad, teniendo lejos de mi espíritu la intención de valorar más la una que la otra. Son sencillamente dos manifestaciones diferentes del mismo carisma. No caigamos en el conflicto histórico, que tanto perjuicio causó a la Iglesia, de las luchas incesantes entre las ambiciones del Rey cristianísimo y las del Rey católico.

La Familia lasaliana vive en un mundo globalizado, multicultural y complejo. En este laberinto, para no perdernos, necesitamos hitos y mojones para situarnos y afirmar nuestra identidad. Dentro de la Familia lasaliana está la identidad fuerte e inconfundible del Hermano, dada por su calidad de religioso y enraizada en :

– « el don total de su vida ;
– el testimonio de su vida comunitaria ;
– la experiencia de Dios como lo absoluto de su vida ». (Circular 447, p.10)

La diferencia de la forma de encarnación del carisma lasaliano entre los Hermanos y los Signum Fidei es para mí tan evidente, que no voy a tratarlo. Abordaré más bien las diferentes manifestaciones del carisma vivido por la Fraternidad Signum Fidei y por los Asociados.

Veamos cuales son los hitos y signos que nos permitirán afirmar nuestra identidad, sin confundirnos con los Asociados.

Dentro de la Familia lasaliana los dos grupos son diferentes por su historia, por su contenido y por su finalidad.

Desde mi atalaya, cuyo horizonte es forzosamente limitado, voy a intentar analizar la situación actual y adelantar opiniones y proposiciones. Haciendo esto, soy consciente de que me adentro en arenas movedizas. Intentaré expresarme lo más modestamente posible. « Doctores tiene la Iglesia », aquí presentes, que sabrán « desfacer los entuertos », si los hay.

Empecemos por la historia de SIGNUM FIDEI.

Como que el tema es conocido, voy a recorrerlo sucintamente.

En tiempos del recordado Hno. Charles Henry, Superior General, y del Hno. José Pablo Basterrechea, su Vicario, se tuvo conciencia de la existencia de una aspiración difusa, en el mundo lasaliano, a querer vivir una vida cristiana más profundamente, pero con acento lasaliano. El carisma de La Salle, como lluvia benéfica, se manifestaba más alla de los límites juridicos del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

El Hno. Asistente Paulus Adams fue designado para hacer un sondeo sobre esa situación emergente. El resultado fue la constatación clara e inequívoca de una « vocación » hacia una vinculación estrecha con el Instituto, por parte de ex-alumnos, profesores y otros miembros de la Familia Lasaliana, y el deseo de participar, mediante un compromiso formal, en la acción educativa y cristiana de los Hermanos. Eso ocurría en el año 1975. El Hno. Manuel Olivé, Asesor de la Confederación Lasaliana Mundial de Ex-Alumnos ofreció su colaboración al Hno. Paulus, quien la aceptó. Ambos empezaron a trabajar con mucho ardor para encontrar una respuesta adecuada a esa situación nueva.

Los resultados no se hicieron esperar. En noviembre de 1975, en Valencia (España) se reunieron cinco seglares: un francés, dos españoles, un italiano y un belga, y tres Hermanos: Paulus Adams, Manuel Olivé y Carlos Godoy. En ese encuentro se sentaron las bases de un movimiento que tendría un Estilo de Vida, una Consagración a la Santísima Trinidad con una fórmula muy semejante a la de la emisión de los votos de los Hermanos, y un Proyecto apostólico, personal y comunitario de cada uno de sus miembros.

Poco después el Hno. Paulus sugirió el nombre para dicho movimiento, se llamaría : SIGNUM FIDEI. Aquella proposición fue aceptada por unanimidad. Siguieron intensos trabajos de información y de estructuración a base de circulares periódicas y de visitas a los diferentes grupos que se iban formando.

Al año siguiente, los miembros del 40° Capítulo General fueron informados de la existencia de SIGNUM FIDEI, y el 5 de junio de 1976, en la capilla de la Casa Generalicia de Roma, un grupo de doce seglares hacía solemnemente, por primera vez, su « Consagración » en presencia de los Hermanos Capitulares. Aquella fecha es considerada como la de la fundación de SIGNUM FIDEI.

Después del Capítulo el Hno. Paulus se regresó a su Bélgica natal y pocos meses después lo llamó el Señor, quedando solo, como animador de SIGNUM FIDEI, el Hno. Manuel Olivé, a quien podemos considerar como co-fundador de la Fraternidad. En agosto de 1990 el Hno. Manuel fue reemplazado y se incorporó al Distrito del Perú, en donde sigue trabajando admirablemente en el desarrollo de la Fraternidad.

En 1993, el 42° Capítulo General, el de la Misión Compartida, menciona varias veces la Fraternidad SIGNUM FIDEI que se va extendiendo poco a poco por el mundo lasaliano. Más tarde, en el año 2001, el Hno. Alvaro Rodríguez, Superior General, en su Carta a todas las fraternidades con ocasión de las « Bodas de Plata » de SIGNUM FIDEI, nos dice : « …me parece una excelente idea la posibilidad de un encuentro a nivel internacional que pueda dar nuevas pautas y que pueda poner la animación del movimiento en manos de sus propios miembros. Sé que el Hno. Víctor, Asesor mundial, ha empezado a dar pasos en esta dirección ».

Cuando SIGNUM FIDEI asista en Roma a la reunión de octubre 2006 habrá ya cumplido sus 30 años de existencia.

Según los resultados de una encuesta, los miembros de la Fraternidad eran, en febrero 2002, 1193. El centro de gravedad se encontraba en Hispanoamérica con 570 miembros, 47,7% de la totalidad. Otros dos centros importantes eran el Próximo Oriente con 250 miembros, 21%, y la Región PARC, Filipinas, Sri Lanka y Malasia, 176 miembros, 14,7%. Esos tres núcleos agrupaban casi 1.000 miembros, o sea 83,5% del total mundial. En Europa encontramos la Fraternidad en Malta, Italia, España, Bélgica y Francia con 142 miembros, 11,9%. Somos una minoría en el seno de la Fraternidad.

He aquí un resumen de los casi 30 años de vida de la Fraternidad SIGNUM FIDEI.


Historia de la Asociación

Es muy corta. Es cierto que en la « noche de bodas », expresión del Hno. Botana, del 06 de junio de 1694 se formalizó la Asociación, pero no es menos cierto que durante casi tres siglos la Asociación se ha vivido en la intimidad de la alcoba conyugal del Instituto. Hasta el 42° Capítulo General del año 1993, cada vez que se citaba la palabra asociación, estaba reservada casi exclusivamente a los Hermanos. El Capítulo de la Misión Compartida habla de los Colaboradores y emplea tímidamente la idea de asociación « partenariat ». El párrafo más significativo de la Circular 435 es el siguiente : « A la luz de la experiencia de los veinte últimos años, el Capítulo reafirma el papel irremplazable de hombres y mujeres, seglares, sacerdotes, religiosos y religiosas, para cumplir esta misión. El Instituto los asocia para trabajar juntos con el fin de « procurar una educación humana y cristiana a los jóvenes, especialmente a los pobres ». (p.14)

En esta misma Circular se cita como miembro de la familia lasaliana, SIGNUM FIDEI, y en las Recomendaciones a nivel del Distrito, menciona la Fraternidad como un elemento activo de esa Misión Compartida en un hermoso párrafo : « La FRATERNIDAD SIGNUM FIDEI constituye para los Distritos un camino de espiritualidad muy adaptado a los seglares –sobre todo a los educadores- que inspiran su vida en San Juan Bautista de La Salle ». (Cir. 435, p.47)

La Asociación, tal como la vivimos ahora, a la que el 43° Capítulo General ha dado sus títulos de nobleza, es la hija de la Misión Compartida. Pero dentro de la Familia Lasaliana, SIGNUM FIDEI, sigue siendo su hermano mayor.

Diferencias de contenido entre SIGNUM FIDEI y los ASOCIADOS

SIGNUM FIDEI está alcanzando la madurez de la edad adulta. La ASOCIACION vive la turbulencia de su adolescencia.

La estructura y la organización de SIGNUM FIDEI están fijadas por un Estilo de Vida que da a la Fraternidad una cierta estabilidad y unidad respetando las particularidades de cada región. Así como los Hermanos, que aun teniendo una misma Regla, tienen perfiles propios forjados por las diferentes culturas en las que se encarnan, las caracteristicas del hermano polaco, por ejemplo, no son las mismas que las del hermano argentino, ni las del hermano norteamericano con respecto al hermano francés, los Signum Fidei tienen aspectos diferentes en función de los lugares en los que viven. La uniformidad paralizaría la vida, la adaptacion y la creatividad del carisma. Sin embargo, el Estilo de vida preserva a los Signum Fidei, como a los Hermanos, la Regla, de una diversidad anárquica.

El movimiento asociativo, gracias al impulso dado por el Capítulo, ha estallado en tal multitud de formas diferentes, que exigirán del Instituto un serio trabajo de análisis y discernimiento para proceder luego a las autentificaciones necesarias.

SIGNUM FIDEI se puede asimilar a la forma canónica llamada « Asociación de fieles », lo que es imposible afirmar de la Asociación, ya que en ella puede haber miembros de otras religiones.

El nombre de pila de la Fraternidad es el de SIGNUM FIDEI y su rito « bautismal » la Consagración a la Santísima Trinidad. La Asociación no tiene todavía nombre definido, ni rito de entrada obligatorio.

SIGNUM FIDEI es un grupo institucionalizado. Actualmente es mucho más frecuente la asociación « de hecho » que la asociación formal o institucional.

El contorno de SIGNUM FIDEI es claro e identificable, gracias a la Consagración. Es Signum Fidei el que ha hecho su Consagración. Los que no la han hecho pueden ser simpatizantes o aspirantes, pero no pertenecen a la Fraternidad. En el proceso que estamos viviendo, las fronteras entre los Colaboradores y los Asociados son porosas, y a veces no se sabe exactamente a qué grupo pertenece tal o cual persona. Incluso algunos se preguntan si una formalización del compromiso de asociación es del todo necesaria, debido a reacciones hostiles de ciertas personas que trabajan en las instituciones y que me traen a la memoria las querellas de los Maestros Calígrafos del tiempo del Santo Fundador… « Si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habría ».

Así podríamos seguir enumerando diferencias, pero voy a terminar aquí.

Como hemos dicho más arriba SIGNUM FIDEI y ASOCIACION no son sinónimos.

Diferencias en la finalidad

Hijos del mismo carisma, SIGNUM FIDEI y ASOCIADOS tienen una finalidad parecida : la de promover el servicio educativo de los pobres. Sin embargo, la FRATERNIDAD SIGNUM FIDEI tiene además otra finalidad bien marcada desde sus orígenes : la santificación de sus miembros.

« El espíritu de la « Fraternidad Signum Fidei » es el mismo que dejó San Juan Bautista de La Salle al Instituto de los Hermanos. Es un espíritu de Fe que alcanza su pleno desarrollo en un Celo ardiente, y que mueve al Signum Fidei a entregarse con todas sus fuerzas a la educación humana y cristiana de niños, jóvenes y adultos ». (EV, III 09)

El fundamento de su acción educativa lo encuentra en su Fe cristiana que inspira toda su vida. El Signum Fidei vive en la presencia de Dios y no encuentra desplazado el que se le hable de santidad, de una « santidad no común » como decía San Juan Bautista de La Salle hablando de los Hermanos. La Fraternidad tiene una misión muy parecida a la del Hermano. Hay una afinidad muy grande entre la finalidad del SIGNUM FIDEI y la del Instituto de los Hermanos. No solamente compartimos el espiritu de Fe y de Celo, sino que además « el espíritu de Comunidad acentúa nuestro parecido con el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, con el que nos sentimos fraternalmente unidos » (Vademécum II, b)

¿Se puede afirmar lo mismo de la Asociación ? Permítanme que lo dude.

Una de las características del carisma es el de ser imprevisible. No se sabe de antemano a donde te va a llevar el Espíritu. San Juan Bautista de La Salle es un buen ejemplo de ello.

La voluntad del Capítulo de « animar y acompañar a las diversas experiencias » (Cir.447, p. 10), y … « Que la formación de Hnos. y Colaboradores sea una prioridad del Instituto en los próximos siete años » (Propuesta 4) han liberado una gran energía y engendrado una poderosa dinámica en la mayor parte de los Distritos. En el movimiento asociativo hoy encontramos, sobre todo, grupos que, como los « Equipos Lasalianos » de Francia, trabajan exclusivamente en las obras del Instituto en las que intentan, no sin grandes dificultades, conservar el espíritu del Santo Fundador. El peso de las estructuras históricas ha orientado a los Hermanos franceses hacia la creación de los « Equipos Lasalianos ». Esos equipos velan y trabajan para que se conserven, o que por lo menos se respeten, los valores del proyecto educativo lasaliano. Actualmente unos 180 laicos dirigen las instituciones escolares de las que el Instituto tiene la tutela. Sólo queda una decena de Hermanos al frente de los centros escolares de Francia. La vida de este tipo de asociación, muy difundida en el mundo lasaliano, está íntimamente ligada a las obras.

Muchos miembros de SIGNUM FIDEI trabajan también en las obras de los Hermanos, pero la Fraternidad conserva una gran libertad de acción, vive una vida sencilla, ágil, disponible y profética bajo tienda de campana, sin el peso de las instituciones historicas que pudieran absorberle gran parte de sus energias y de su dinamismo. Tanto es así, que en la Asamblea de SIGNUM FIDEI de México en 1984, se sintió la necesidad de modificar el Estilo de Vida añadiéndole este pequeño párrafo : « Siguiendo esta llamada, nos ofrecemos a la Iglesia para su « edificación ». (EV.1 b). La manifestación del carisma se abría a la Iglesia universal.

No quisiera alargarme más, pero antes de terminar desearía llamar la atención sobre un fenómeno que hoy día me inquieta un poco. En la Circular 447, páginas 11 y 12, leemos : « La asociación se expresa, especialmente, en estructuras de animación y acompañamiento. Estas estructuras se desarrollan en total colaboración con la Comunidad local de los Hermanos y con un fuerte sentido de pertenencia al Distrito, el cual es el garante de su autenticidad lasaliana ». (Dicho de paso, este corsé es demasiado estrecho para SIGNUM FIDEI). Volvamos al párrafo anterior de la Circular. En tal o cual distrito, se han tomado muy en serio esas afirmaciones y se han elaborado Orientaciones con el fin de facilitar el proceso de Colaboración y de Asociación : Vocación del Asociado ; Preparación y formación previa del futuro Asociado ; Acompañamiento y aceptación del Asociado ; Fórmula de compromiso del Asociado ; Estilo de Vida ; etc… El contenido de esas Orientaciones es tan parecido al perfil de un Signum Fidei que me da la impresión de que estamos asistiendo a la gestación de gemelos. Ciertas fórmulas del Compromiso del Asociado podrían firmarlas perfectamente los Signum Fidei. Ante tanta similitud me pregunto : ¿Qué es lo que impide a un Distrito ponerse de acuerdo con la Fraternidad SIGNUM FIDEI para que ésta acepte en su seno a ese tipo de Asociados ? Esta gestación de mellizos engendra confusión. Necesitamos un poco de orden.

Admiro, por otra parte, el esfuerzo hecho en favor de una Asociación fuertemente marcada por los valores evangélicos y el compromiso ante el Señor, que se concretiza con una Promesa en el Ofertorio de la Misa, de asociarse durante un tiempo determinado con la Misión Eclesial Lasaliana. Pero, si mal no me equivoco, es lo que está haciendo la Fraternidad SIGNUM FIDEI desde hace casi treinta años. ¿Por qué un cierto desamor se manifiesta aquí y allá entre algunos Hermanos y la Fraternidad Signum Fidei ? ¿Cómo se explica que en una mayoria de Distritos todavia no existe la Fraternidad ? Creo que tendríamos que afrontar serenamente en esa Asamblea ese tipo de situaciones y proponer soluciones.

A modo de conclusión

Este último siete de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, me encontraba en Pingyao a 600 quilómetros al sudoeste de Pekín en la China profunda. Región en la que muchos mineros trabajan en las hulleras e innumerables campesinos pobres cuidan de los campos propiedad del estado. En el hotelito-albergue, de estilo completamente chino, en el que me alojaba encontré un grupo de turistas franceses. Conversando con un matrimonio de Angulema, cuyo hijo fue alumno de los Hermanos en el colegio de Saint Genès de Burdeos, les dije que hacía 50 años, tal día como hoy, estaba en la Peregrinación Nacional del Rosario en Lourdes. Como que estos franceses pensaban ir a Shanghai les conté que el domingo pasado había asistido a Misa en la Catedral de esa ciudad. Todo en chino y con una gran participación de la gente que llenaba la Catedral. Y les decía que lo único que pude cantar con ellos fue el Aleluia de Pascua, que empecé a cantar delante de ellos en el patio rectangular del albergue. Mientras cantaba, una sonrisa iluminó el rostro de una de las sencillas sirvientas chinas que estaban a nuestro alrededor, quien empezó a cantar el Aleluia y tirando de una cadenita que tenía en el cuello sacó de detrás del gersey una crucecita dorada, diciéndonos : « Yo también soy católica ». Fue un momento de intensa emoción y de comunión profunda en la fe. Este es el más bello recuerdo que conservo de mi viaje en China.

Mi aleluia fue el signo de fe que provocó la confesión católica de la humilde sirvienta del hotelito chino. En aquel momento tuve conciencia de la importancia de nuestra vocación de Signum Fidei en un mundo en profundo proceso de decristianización.

Como decía el Cardenal Poupard en una entrevista reciente : « En Europa central nos encontramos con los tres países que declaran el número más elevado de personas sin religión : Bélgica el 37 por ciento ; Francia con el 43 por ciento, y los Países Bajos con el 54 por ciento. Francia es la nación con el mayor número de ateos : el 14 por ciento ». El cardenal refiriéndose a la situación de la Iglesia Católica en Europa, la califica de « preocupante » y lamenta la « pulverización cultural y religiosa » que a su juicio se está dando en España.

Lejos de desanimarnos debemos dar gracias a Dios por habernos llamado a ser Signos de Fe, manteniendo encendida la luz del testimonio evangélico en medio de una sociedad que en cierto modo puede compararse « con el final del imperio romano » como dice el cardenal Poupard. Vivimos tiempos de cambio y de creatividad que me recuerdan las palabras de Antonio Machado : « Viajero, no hay camino, se hace camino al andar ».

El más importante signo de fe que debemos ser es el del Amor. Como dice San Agustín : « Si hablas, habla por amor ; si callas, calla por amor ; que el amor sea siempre el aliento de tu vida ». Que entre los Hermanos y los miembros de Signum Fidei, asociados y en « comunión para la Misión » reine ese clima de confianza mutua y de amor fraterno, de tal manera que los que nos observen puedan decir, como se decía de los primeros cristianos : « Mirad como se aman », en cumplimiento de las palabras del Señor : « Un precepto nuevo os doy : que os améis los unos a los otros ; como yo os he amado, así también amaos mutuamente. En esto conoceréis todos que sois mis discipulos : si tenéis amor unos para con otros » (Jn 13,34-35). Si por desgracia nos fallara ese signo del Amor, seríamos como la sal que se vuelve insipida y que sólo sirve para ser pisoteada. No nos desgajemos de la cepa madre del Instituto de los Hermanos, soportemos con amor el peso del día y del calor. Un tiempo vendrá en que la uva madura de la Fraternidad será vendimiada y alcanzará la autonomía necesaria para entrar en órbita alrededor del carisma lasaliano, conservando su identidad propia y viviendo plenamente la « asociación para el servicio educativo en favor de los pobres ». Seamos siempre Signos de Fe en la fidelidad y en el amor. Que nuestra Consagración sea una imagen del FIAT de nuestra Madre del cielo. No nos apartemos de este camino, porque de lo contrario nos alejaríamos de los manantiales de agua viva e iríamos a fabricar aljibes, aljibes rotos que no podrían contener las aguas, como dice la Escritura. Dios no lo quiera.

Con la ayuda del Señor, seamos capaces de asumir la audacia apostólica necesaria, para que, fieles al carisma de asociación de San Juan Bautista de la Salle, sepamos construir la FRATERNIDAD DEL FUTURO.

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