Experiencias de algunos Delegados en la 1ª Asamblea Internacional de los Signum Fideis

Experiencias de algunos Delegados en la 1ª Asamblea Internacional de los Signum Fideis

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Habla Julie Bajada desde Malta:

Acabo de llegar de Roma, donde he asistido a la Primera Asamblea Internacional del Signum Fidei. Acudieron representantes de 18 países. Durante los quince días que duró la Asamblea, cuando nos dividieron por grupos lingüísticos, yo, naturalmente, me uní a los grupos de habla inglesa. Una no pude imaginarse el sentimiento de pertenencia a De La Salle cuando te encuentras con otros Lasalianos que, aunque procedentes de otras culturas, adoptan la misma espiritualidad, la de nuestro amado Fundador.

Hace 12 años que hice mi consagración como Signum Fidei. Esto me ayudó enormemente para vivir mi vida cristiana siguiendo los pasos de San Juan Bautista de La Salle. Me ayudó como esposa y como madre; también como educadora y como miembro de la Familia Lasaliana.

Como esposa y como madre:
El núcleo central de la enseñanza espiritual de San Juan Bautista de La salle está contenido en el Espíritu de Fe: mirar todo con los ojos de Dios; hacer todo con la mira puesta en agradar a Dios; atribuir todo a Dios.

Intento poner en práctica las enseñanzas que recibí, y que aún recibo, sobre el Fundador, renovando yo misma, y con mi familia, la presencia de Dios, tan frecuentemente como me es posible. También hago oración según las enseñanzas del Santo Fundador. Mi esposo, Alfred, me apoya, y juntos intentamos ser Lasalianos tanto como podemos.

Como educadora:
El periodo de formación me ayudó a darme cuenta de la llamada de Dios como maestra… mirando a los niños como a hijos de Cristo, y a usar el método del Fundador para ser Embajadora de Dios. Me ayudó a ser consciente de la responsabilidad que había aceptado y de la recompensa que Dios prepara para aquellos que dedican su vida, su energía y sus capacidades a la educación de los niños. La ternura, la firmeza, la paciencia y el descubrir a Jesús a los alumnos, es una obligación para nosotros. Mi manual favorito es el Libro de las Meditaciones, por Battersby, y en especial la 1ª de las Meditaciones para el Tiempo de Retiro, inspiradora de la teología del educador cristiano. Estamos perfectamente capacitados para entrar en el espíritu del Fundador, lo que nos ayudará a vivir la vida de Hermano sin hacer votos.

Como miembro de la Familia Lasaliana:
A lo largo de estos 12 años de formación continua, y durante mis 35 años dedicados a la educación en el colegio La Salle, me he dado cuenta de lo afortunada que soy al ser aceptada como Miembro Asociado de la Familia Lasaliana, compartiendo con los Hermanos una vida dedicada a la formación humana y cristiana de los niños, especialmente de aquellos que necesitan ayuda, apoyo, un cuidado especial y AMOR.

Cuando el H. Álvaro Rodríguez, Superior General, se dirigió a nosotros durante la Asamblea tenida en la Casa Madre de Roma, nos recordó que el Signum Fidei es una forma de vida que proporciona espiritualidad especialmente adaptada para los seglares. Es una espiritualidad según el itinerario espiritual de Juan Bautista de La Salle. Él dijo intencionadamente: “El futuro de vuestra vida como miembros del Signum Fidei está en vuestras manos, no en las nuestras”.

Habla Myra A. Patambang desde Filipinas:

Desde el 20 de marzo al 1 de abril de 2006, veinte seglares y cinco Hermanos nos reunimos, procedentes de 18 países, para constituir la delegación oficial para la Primera Asamblea Mundial de Miembros del Signum Fidei. La Asamblea fue convocada para revisar el “Estilo de Vida” de la Asociación, para entender las distintas situaciones a las que tiene que hacer frente el Signum Fidei en el mundo y para promover el espíritu de comunidad entre los participantes.

Antes de iniciar la primera semana de trabajo por grupos lingüísticos, nos dieron unas charlas el Superior General, H. Álvaro Rodríguez; el Secretario de los Asociados Lasalianos, H. Antonio Botana; y el Animador internacional del Signum Fidei, H. Victor Franco. Estos Hermanos unánimemente manifestaron su valoración positiva, así como el reconocimiento del Instituto hacia el Signum Fidei como una forma particular de vivir el carisma Lasaliano en el contexto de una identidad seglar. “El SF tiene el mérito de haber sido pionero en el campo de las Asociaciones Lasalianas –aunque al principio no se llamaran así – estableciendo un forma seglar de vivir el carisma Lasaliano e incluyendo todas las dimensiones que ello supone: misión, comunidad, consagración y espiritualidad.” (H. Antonio Botana).

Los Hermanos y todos los Delegados afirmaron que, desde la fe, la Asamblea era un movimiento del Espíritu Santo: “Es el Espíritu quien está hoy re-fundando el Carisma Lasaliano, llamando a los Hermanos a recuperar la asociación como el eje de su identidad, al llamar a los seglares a ser asociados, fundamentándose en el carisma Lasaliano para la misión educativa de los pobres, y conduciendo la Fraternidad del Signum Fidei por este sendero de la comunión para la misión que representa la Asociación Lasaliana.” (H. Álvaro Rodríguez).

Toda la Asamblea fue profundamente educativa: aprender la historia de 30 años de la Asociación; descubrir los matices y la seriedad de ciertas expresiones; participar en oraciones en varias lenguas; escuchar charlas formales sobre eclesiología; adoptar y adaptar la Regla de Normas de Robert; intercambiar ideas y cuestiones enraizadas en diferentes culturas; y muchas otras cosas. Todo esto fue para mí como lecciones de toda una vida.

Sin embargo, aún fueron mucho más importantes las lecciones aprendidas en los encuentros personales. Fue estupendo descubrir los dones y cualidades de cada persona: en cada sonrisa y beso de paz; en cada gesto amable al hacer cola en el comedor; en las palabras de agradecimiento cariñoso; al rezar los unos por los otros; y al compartir momentos de lágrimas y risas. Simplemente se notaba algo maravilloso en la forma de relacionarnos los unos con los otros.

A pesar de las barreras lingüísticas los delegados del Signum Fidei fuimos capaces de comunicarnos. En realidad, cuando la gente empieza a hablar el lenguaje del amor, sobran las palabras. Los ojos y el corazón transcienden el lenguaje humano. Cuando el idioma de la comunión impregna las relaciones, las personas se entienden con el corazón.

Los Hermanos y los seglares nos dimos la bienvenida unos a otros con un verdadero espíritu de compañerismo, respeto, apertura hacia los demás, humildad y amabilidad. Los lazos de amistad que nacieron de tan maravilloso encuentro, permanecerán en mí como fuente de inspiración para ser un auténtico signo de fe en el mundo actual.

Creo que nunca seré capaz de agradecer suficientemente a Dios la magnificiencia de semejante experiencia. Experimenté una mezcla de euforia y emoción cuando me atreví a entrar en la capilla donde reposan las reliquias del Fundador. Fue un momento que necesita explicación: quedé como paralizada, y fui incapaz de recordar todas las palabras que quería pronunciar. Por primera vez no tuve nada que decir. Simplemente estaba allí, con mi presencia.