LA COMUNIDAD
CAPÍTULO 5
LA COMUNIDAD
- El Signum Fidei se asocia a otros miembros de la Fraternidad y de la Familia Lasaliana. Todos juntos hacen posible una forma de vida, marcada por una fuerte referencia comunitaria, que responde a la característica “juntos y por asociación” del carisma Lasaliano.
- Todo Signum Fidei vive el don de su vocación vinculado a la comunidad eclesial y a los miembros de la Fraternidad, normalmente de forma no residencial. La vida comunitaria fortalece su sentido de pertenencia, la vivencia de la fe, la solidaridad, el intercambio gozoso de dones y el compromiso en la misión
- Cuando, tras conocer el Estilo de Vida, al menos tres personas deseen constituir una comunidad Signum Fidei, deberán solicitarlo al Hermano Visitador o su representante (delegado/a), fundamentando su solicitud por escrito.
- La Fraternidad Signum Fidei es una comunidad abierta y acogedora que integra la realidad personal con la familiar, laboral, social y eclesial. Organiza momentos festivos y actividades abiertas a toda la comunidad educativa y a la propia familia.
- Cada Signum Fidei elabora su Proyecto Personal anual. Cada comunidad, o grupo de comunidades de una misma localidad, redacta y evalúa periódicamente su Proyecto Comunitario y lo envía al Hermano Visitador o su representante. Dicho proyecto expresa todo aquello que la comunidad quiere vivir en el ámbito de la Fe, la Comunidad y el Compromiso. Siempre que sea posible, se compartirá este proyecto con la Comunidad local de Hermanos.
- Los encuentros comunitarios tienen un ritmo periódico, a ser posible quincenal, de acuerdo con lo establecido en el Proyecto Comunitario. La agenda, previamente conocida por todos, incluye normalmente: La proclamación de la Palabra, la oración, la formación, documentos lasalianos, la convivencia, el diálogo fraterno y la planificación y evaluación de la misión.
- La comunidad asegura siempre medios de relación y comunicación con los miembros ausentes por motivos de salud, edad, situación familiar u otras circunstancias. Cuando un miembro viva sin referencia cercana a una comunidad Signum Fidei, en diálogo con el Hermano Visitador, se verá la forma de estar en comunión con la comunidad de Hermanos más cercana como forma de vivir sus lazos de asociación.
- Los Signum Fidei establecen lazos de comunión, amistad y afecto con todos los miembros de la Familia Lasaliana: Hermanos, Hermanas, Unión de Catequistas, Asociados y colaboradores. Con todos ellos, se sienten corresponsables de la misión Lasaliana. Siempre que pueden aportan sus dones y talentos personales en las asambleas, encuentros, actividades y retiros comunes en los que participan.
- Toda comunidad es acompañada por un Animador Seglar consagrado, elegido por la comunidad, y asesorada por un Hermano. El Hermano Asesor es nombrado por el Hermano Visitador.
- El Hermano Visitador o su representante, con el parecer del Consejo de la Misión, pueden clausurar una comunidad o excluir a uno de sus miembros cuando su testimonio no corresponda al Estilo de Vida de Signum Fidei, tras escuchar a los interesados.
- Cada Fraternidad es autónoma en su gestión económica. Estudia la forma de autofinanciar su funcionamiento y de encontrar los recursos económicos necesarios para sus actividades. En la medida de lo posible crea un fondo de solidaridad, destinado a apoyar la vida de la comunidad, la formación, los retiros, la presencia de su Animador en asambleas y encuentros, y a ayudar a personas necesitadas. Los fondos de la comunidad provienen de las aportaciones personales de los miembros, de subvenciones, donaciones y otros medios legítimos.
- La Fraternidad que gestiona o dirige centros, instituciones o fundaciones propias elabora los estatutos necesarios para su buen funcionamiento, ateniéndose a la legislación local y nacional y al asesoramiento y aprobación del Distrito o Sector.
- El Signum Fidei que posea una economía familiar desahogada o una comunidad, si lo desea, puede disponer evangélicamente de parte de sus recursos a favor de la Fraternidad y de sus obras.