Crónica 2.-MEDITACIÓN SOBRE EL ESPÍRITU DE FE

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II ASAMBLEA INTERNACIONAL SIGNUM FIDEI

MEDITACIÓN SOBRE EL ESPÍRITU DE FE
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Palabras del H. Álvaro

Nuestro espíritu es el Espíritu de fe, somos Signum Fidei, signo de fe.
S. Pablo en su carta a los Gálatas define el Espíritu de fe, la fe no es abstracta, la fe tiene que ser activa, inseparable del amor, sin amor no es auténtica. Nuestro Espíritu de fe se traduce en Celo ardiente, se traduce en amor. El Espíritu que debe animar es la fe actuante. Nuestra misión es transmitir el espíritu del cristianismo encarnando en nuestra vida el Evangelio.

Sentir la fe como S. Juan en la 1ª carta: lo que hemos visto lo hemos de transmitir. La actitud más radical del cristianismo es buscar la voluntad de Dios y hacerla tu voluntad. Jesús nos dice: “Mi alimento es hacer la voluntad del Padre. S. Juan Bautista de La Salle decía: “Adoro en todo la manera de conducir Dios mi vida”. Buscar y hacer la voluntad de Dios es buscar el bien de cada persona, que cada persona viva feliz.

“He venido para que tengan vida y vida en abundancia” esto debemos querer para nuestros alumnos, familia, los demás…Nuestro Padre no quiere que se pierda ni uno, nadie, que todos puedan alcanzar su plenitud de vida. La fe es inseparable del Celo por la salvación del hermano o la hermana.

S. J. B. de La Salle nos decía: “No hacer nada sino con los ojos de Dios”. Encontramos a Dios en cada persona, en los acontecimientos de cada día. Mirarlo todo a la luz de la fe.

Encontrar a Dios en el Evangelio, su Palabra viva y actual, un Dios cercano que nos habla y ama hoy, nuestro alimento diario. Nos toca hacer presente al mundo ese amor gratuito de Dios. Dios nos perdona siempre, nos invita a amar con ternura. Dios se encariñó tanto con las almas por El creadas que envió a su propio Hijo para rescatarlas del pecado. Eso hemos de hacer nosotros.
Descubrir a Dios en la persona humana. Revelar a los demás la presencia de Cristo, el buen Pastor. Ser nosotros la expresión de la ternura, el perdón de Dios para los demás. Por nuestro amor concreto, humano a los demás Dios se hace presente, visible. Saber descubrir a Dios en el rostro de los niños pobres, los demás. “Reconocer y adorar a Jesucristo bajo los pobres harapos de los niños” Trabajar con los pobres es una Gracia de Dios. Educar a los jóvenes a ser sensibles, solidarios a las necesidades de los otros. Cuanto más amemos a los pobres, más perteneceremos a Jesucristo.

Una mirada espiritual que nos lleva a un compromiso, no solo un responder a una necesidad social. Ser sensible y defender los derechos de los niños es parte nuestra característica. Misión lasaliana.

Dios se nos manifiesta en la naturaleza, en las maravillas. La historia es el lugar de las gestas de Dios. Esa naturaleza nos revela las maravillas de Dios, admirar cada flor…la loca imaginación de Dios.

La historia es el plan de salvación de Dios. Toda historia, para el cristiano, es Sagrada. Dios está presente con su proyecto de amor en el mundo. Son lecturas obligadas la Biblia y el periódico realidad a través de la cual Dios me dice algo. No vivir alejados a nuestra realidad. Ver –contemplar la realidad. Conmoverse por esa realidad. Hacer algo por transformar esa realidad, actuar.

Cuanto más entro en mi mismo, más me encuentro con Dios. Buscamos a Dios fuera cuando lo tenemos dentro. Buscar a Dios en tu interioridad.

La Consagración más importante de nuestra vida es la Consagración bautismal. Ahí somos todos iguales, más que la Consagración Signum Fidei, más que la Consagración de los Hermanos. Por eso dice S. J. B. de La Salle dice los niños son consagrados a la Santísima Trinidad, esos niños que educamos.

Descubrir la calidad humana de los que en nuestras escuelas viven otras religiones. Abiertos a los otros. Dios salva a todos. Fuera de la fraternidad no hay salvación. Contemplar el rostro de Dios…

Efecto del Espíritu de fe es buscar la voluntad de Dios. Identificar nuestra voluntad con la de Dios. Hacerlo todo con la mira puesta en su designio salvífico, para que todos se salven, que todos vivan con alegría, que todos alcancen la plenitud.

Más allá del dolor el Padre nos ama y nos entrega a su Hijo. Jesús ante el dolor que le esperaba, optó por el dolor buscando la voluntad de Dios.

Confiar en Dios, “atribuirlo todo a Dios”, no como actitud fatalista de no podemos cambiar nada, es confiar en su amor. Abandonarme en sus manos de Padre. Somos seres habitados por Dios, todos rezamos por el mundo…”Acordémonos de que estamos en la Santa presencia de Dios”.

El Señor está ahí, conduce mi historia. Dios nos busca primero, antes que nosotros a Él. No pensar que todo depende de mi esfuerzo, sino todo es gracia, dejarnos llevar por Dios. Dios conduce todo con sabiduría y dulzura, sin forzar la voluntad…un compromiso me lleva a otro, sin forzarme.

Ser hoy signos de Fe. La experiencia de Dios es deber vivirla comunitariamente para sentirnos apoyados, acompañados en nuestro itinerario, ser forjadores de comunidad. Celo ardiente es ser testigos, embajadores del amor de Dios.

El Papa Francisco nos dice que la fe no es una alienación, ni una estufa; es un camino de belleza para preparar nuestros ojos, es una invitación a no dejarse llevar por el miedo. Del compartir con los humildes nuestra fe siempre sale reforzada. Si queremos conocer la fe dese lo teórico vayamos a los teólogos, desde lo práctico vayan a los pobres. Hacerse a la mar sin velas ni remos, confiar en Dios, dejarse llevar.

Mercedes Fuentes Cano

Delegada de la ARLEP

Fraternidad Signum Fidei